Karim Benzema. Siempre discutido. Siempre decisivo. El francés encara su décima temporada en el Real Madrid con 30 años. Una larga etapa donde las ha visto de todos los colores. Es un delantero atípico. No es un killer, pese a tener gol y es una máquina de generar juego en la línea de ataque. Sin embargo, siempre ha sido cuestionado.
Su carácter apaciguado y un aparente pasotismo, han puesto de los nervios en más de una ocasión al Santiago Bernabéu. Puede que por ese motivo, Mourinho le llamara "gato" en aquella famosa rueda de prensa en la cual se quejaba de la falta de delanteros.
Si no tienes perro para ir a cazar y tienes un gato, vas con él
El apodo caló hondo entre los aficionado, que le empezaron a llamar así. A Karim no le hizo mucha gracia. Años después confesó en Canal+ Francia que "se le fue la olla" al recriminarle a Mourinho que le pusiera ese mote.
Le dije lo que había que decirle. Estuvimos reunidos una hora. Yo soy un jugador de fútbol, tú eres mi entrenador. Yo te respeto, así que respétame tú a mí como futbolista. Y desde entonces ya no hubo más historias de gatos, de perros o de lo que fuera. Soy alguien tímido, pero si te vas a reír de mí, me vas a encontrar. Cuanto se hablan las cosas, todo va mejor
Pero de la rabia hizo un escudo. Y pasó de ser un felino inofensivo a un gato que ruge. Hoy en día es uno de los delanteros más cotizados del mundo, lleva una racha de títulos impresionante con su club y ha empezado la temporada marcando tres goles (1 en la Supercopa de Europa y 2 contra el Girona). A juzgar por el detalle que captaron algunos periodistas en la zona mixta de Montilivi tras el encuentro, parece que Benzema le ha cogido cariño al apodo.
Una mochila reivindicativa y un reflejo de las transformación del jugador en los últimos años.